domingo, 26 de mayo de 2013

EDITORIAL

BOLETÍN VIRTUAL CONEXIÓN, CERCA DE LA INFORMACIÓN“El alma de la Tercera Edición”

Escrito por: Pedro Pacheco


El honorable autor comienza el sustrato ideológico declarando que la cultura se puede definir como la manera que los humanos pintan la realidad, acorde a la educación recibida de sus padres y grupo social, esto es posible gracias a la comunicación ya que es la expresión del alma social del ser humano. Todo lo anterior inicia a tiernas edades, como el momento en que la madre le habla a sus  bebes o pequeños retoños. Después viene la escuela cuya magia y competencias sorprenden a los niños quienes se sumergen a un mundo de colores y pensamientos provenientes de sus compañeritos quienes empíricamente los “nutren” con anécdotas y juegos que al final son valiosísimas herramientas de negociación, conocimiento y comunicación rentables para formar un perfecto ciudadano, no obstante, la verdadera instrucción emana de los docentes quienes tienen la obligación moral de amaestrar a los pequeñitos con preciosos valores humanos; siguiendo por este mismo sendero, es también compromiso de los teóricos en  comunicación-educación asesorar a las instituciones educativas y culturales para que se conviertan en predicadoras de ideales pacifistas y progresistas. Otra función de la institución cultural es la de “revivir” costumbres culturales del país para que los estudiantes las admiren y trabajen en su divulgación por todo el país, en vez de soñar con otros mundos y culturas que al final son horribles y maléficas para su sano desarrollo comunicacional e individual. Igualmente cabe resaltar que la comunicación es una ideología netamente cultural puesto que ésta toca todos los aspectos de la vida. Aunque algunas personas afirman que la comunicación  no compete a la comunidad ya que es un campo exclusivo para los académicos y periodistas, pero la realidad es que la comunicación incentiva la formación de espacios creativos e independientes que colorean a la realidad con más humanismo y cortesía, el autor se refiere  a las tribus urbanas y modas que encantan a niños y adolescentes a causa de sus innovaciones y sutilezas, las cuales no son halladas en los paradigmas tradicionalistas con los que fueron criados sus padres. A pesar de esta situación,  los teóricos de edu-comunicación se esforzaran en el noble objetivo de cultivar cánticos y artes en los niños que jamás abdicaran ya que la esencia de antaño del país debe estar por encima de los colonialismos exógenos a causa de sus aberrantes doctrinas intolerantes e irrespetuosas; no obstante, dichos imperialismos culturales serán sofocados.

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